“A todos nos aguarda un un Colliure
que está escondido detrás
de las ligeras madreselvas de rigor.
Pero al hábito de andar, vigente
y vivo; a costa del sudor de tantas otras
manos que me dieron sostén, su amor,
belleza y ruido, no me voy a acostumbrar.
Por eso mi deber; y acaso el tuyo,
es hacer un hotel Vaugirard de lo ordinario:
permanecer abierto al prójimo, a su dolor,
que es también nuestro; asombrarme,
si cabe algo de asombro, y devolver quizá
un jirón de lo que fui en estos pocos
versos, míos. Aunque, como a todos,
me aguarde Colliure que está escondido”